Hay muchos hoteles con encanto en el mundo. Muchos de los que es fácil enamorarse a primera vista por su belleza exterior. Pero no tantos que sean algo más que fachada , que transmitan verdad en su interior, coherencia entre lo que dicen y lo que ofrecen. Eso es lo que encontré en Areias do Seixo y lo que me ha animado a dedicar un post a este refugio portugués.
Si me sigues desde hace tiempo o te he organizado alguna vez un viaje sabrás que tengo un mantra: “Hay tantas formas de viajar como personas”. De ahí, que no suela hablar en mis posts de hoteles concretos porque lo que a mí me gusta no necesariamente tiene que gustarte a ti. Sin embargo, Areias do Seixo tiene el don de convertir clientes en amigos y eso es una virtud que nos gusta a tod@s ¿verdad?
Los astros se alinearon para cumplir el sueño viajero de alojarme en Areias do Seixo. Pasó de estar en mi lista de alojamientos a los que ir al menos una vez en la vida a convertirse en realidad en cuestión de horas. Era mi cumpleaños, nuestra hija se iba de viaje de instituto y Areias do Seixo tenía disponibilidad ¡era la oportunidad perfecta para una escapada romántica! ¿qué mejor regalo de cumpleaños?
Nunca imaginé que una especie de nave industrial pudiese desprender tanto encanto. La luz tenue de las lámparas y velas, la música suave de fondo y la impresionante chimenea de leña nos dieron la mejor de las bienvenidas. Pero fue la hospitalidad de Silvia lo que hizo que nos sintiésemos tan a gusto. Trasmitían tanta paz su forma de hablar, su sonrisa ¡hasta su forma de vestir con ese aire tan bohemio!
Después de una agradable charla en la que nos conocimos un poco y nos contó los horarios de las actividades que podíamos vivir en Areias do Seixo, nos acompañó a nuestra habitación. Cada una de las 14 habitaciones destinadas a parejas es diferente, aunque todas comparten el mismo cuidado en los detalles: una mezcla perfecta entre sencillez y lujo, con piezas únicas, materiales naturales y pequeños guiños por todas partes, como las frases que decoran la entrada de cada estancia.
Encender nuestra propia chimenea de leña suspendida, darnos un baño caliente al aire libre mientras la lluvia caía o acurrucarnos en la cama escuchando el rugido del viento fueron algunos de esos momentos que guardas para siempre. Todo está en perfecta armonía con la naturaleza. El hotel no la invade, la deja fluir entre sus paredes.
Además, su diseño es un sueño para los amantes de la arquitectura y el interiorismo: grandes ventanales que inundan los espacios de luz, materiales nobles y una estética que logra ser moderna y cálida a la vez. Cada rincón invita a parar, observar y respirar.
El desayuno en Areias do Seixo está incluido en el precio y con él saboreas la filosofía del lugar: sostenible y cercana. Los huevos vienen de sus propias gallinas, las frutas de su huerto ecológico y la mayoría de los productos son locales y caseros. Todo tiene ese sabor especial que solo se consigue cuando las cosas se hacen despacio y con mimo.
Íbamos a probar el spa, pero aprovechando que el sol se dejó ver, decidimos salir a explorar los alrededores: pasear entre las dunas y asomarnos a la salvaje playa que se esconde bajo el acantilado.
El hotel también cuenta con villas ideales para alojarte en familia o con amigos, una piscina infinita y un abanico de experiencias encantadoras que te invitan a conectar con el entorno que lo rodea. Pero para descubrirlas tendrás que venir tú mism@.
Y si lo haces con Mi tiempo en tu maleta, además de ayudarte a encontrar el mejor precio, estaré encantada de diseñarte un itinerario personalizado, lleno de planes sorprendentes y poco conocidos de esta preciosa zona de Portugal ¿Empezamos?
Areias do Seixo
El refugio más romántico de la costa portuguesa